ALERGIAS ALIMENTARIAS CON EFECTO NEUROMODULADOR


Existe una relación sui generis y muy poco conocida entre la población en general que se da entre los alimentos regulares como los lácteos y cereales y las conductas inadecuadas y disruptivas en ciertas personas que los consumen y que sin saberlo padecen de problemas enzimáticos, que no les permiten degradar las sustancias nutricionales ingeridas de manera adecuada, las proteínas presentes en los lácteos y los cereales al no ser digeridas en su totalidad se quedan en su forma de péptido y terminan produciendo alteraciones cerebrales que en muchísimos casos producen severas alteraciones conductuales y fisiológicas.
El cerebro se la pasa interactuando consigo mismo, permanentemente esta relacionandose entre sus neuronas para mantener la comunicación entre sus diversas funciones en todo el organismo. Para poder comunicarse entre las neuronas existe un mensajero químico que se denomina neurotransmisor. Cuando una neurona emite una señal de excitación debe de haber otra que reciba o recepcione esa señal mediante el neurotrasmisor. Existe una zona del cerebro que contiene receptores opioides, es decir una zona cerebral que es activada cuando se consumen drogas como el opio, heroína, morfina y sustancias afines. Esta zona se conoce como la receptora de opioides del cerebro. Si no existiera en el ser humano los receptores Opioides entonces las drogas derivadas de esta sustancia como la morfina, heroína y el mismo opio no tendrían efecto en los seres humanos. Estas son sustancias exógenas al organismo pero el cuerpo humano también emite estas sustancias afines de manera endógena y cumplen una vital función en los seres humanos y animales.
Existen ciertos alimentos que alteran ese correcto funcionamiento neuronal estimulando áreas del cerebro en cantidades aumentadas y desproporcionadas produciendo alteraciones en la conducta del ser humano. Es decir poseen un efecto neuromodulador y por ende cambian la conducta y el comportamiento.
Este suceso se denomina susceptibilidad o alergia alimentaria que tienen la capacidad de alterar la conducta en los seres humanos, y entre los alimentos o nutrientes con mayores incidencias conductuales encontramos a las proteínas del trigo y los lácteos, tales como el pan, cereales, leche, queso, yogurt etc. Las proteínas de los lácteos se les denominan caseína y la del trigo gluten.
Caseína: Es la proteína presente en los lácteos del tipo fosfoproteína. La caseína presenta cerca del 80% de la leche.
Gluten: GLIADINA: Es la fracción proteínica que constituye cerca del 50 % de la proteína del trigo. No podemos separar la Gliadina del trigo.
Cuando el organismo tiene una falla enzimática o una inadecuada degradación en el proceso digestivo de estas sustancias se desarrolla la alergia. Es decir, a la hora de procesar y descomponer el nutriente en partículas pequeñas que puedan ser asimiladas por nuestro cuerpo, un falla en el organismo de algunas personas susceptibles no permite que estos nutrientes que debieran de descomponerse primero en péptidos y luego en aminoácidos lo hagan, es decir no se puedan degradar a su forma más pequeña y asimilable por nuestro organismo.
Cuando el gluten o la caseína no pueden ser degradadas de manera natural a la forma de aminoácido, se quedan en la forma intermedia denominada péptido. Este péptido del gluten se denomina Gliadorfina y el de la caseína se denomina Caseomorfina. La composición química de ambas sustancias es muy similar a la de la morfina, por ello la denominación.
El termino morfina, sustancia derivada del opio, ya indica la acción opioide en el organismo de la persona que no puede degradar la caseína o el gluten de manera adecuada. Estas sustancias morfinoides estimulan los receptores opioides del cerebro humano. 
Conocemos el día de hoy que el principal problema derivado de estas sustancias morfinoides derivadas de la alimentación de los lácteos y los cereales en el cerebro es que afectan de manera alarmante el dialogo permanente que este mantiene entre sus diversas neuronas.
Para hacer circular la información cerebral entre ellas, las neuronas envían mensajeros bioquímicos denominados neurotransmisores. Estos a su vez regulan el equilibrio del organismo, ya sea el dolor, placer, ansiedad etc. Los neurotransmisores regulan la sinapsis entre las neuronas, regulan el equilibrio entre las funciones cerebrales, es decir son los mensajeros químicos que trasmiten la información entre las neuronas. Existen receptores de estos péptidos opioides en el cerebro y si bien es cierto se activan de manera natural ante situaciones especificas como la ansiedad o un golpe por citar un ejemplo, también están siendo estimulados por estos péptidos de las proteínas derivadas de la leche y el gluten.
Los neurotransmisores cerebrales para ser estimulados deben de tener neuronas receptoras que puedan interactuar entre ellos.

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